domingo, 12 de diciembre de 2010

Efectos

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Los efectos producidos por todas las drogas derivadas del opio tienen una similitud entre sí. Estos efectos comienzan entre los 15 y los 30 minutos después de su ingestión o si este se ha fumado los efectos aparecen entre los 3 y 5 minutos y su duración es de  4 a 5 horas  más que si estas se han ingerido (1). Al llegar al cerebro lo que provocan los alcaloides del opio es que ocupan unos receptores específicos de ciertos neurotransmisores llamados endorfinas (neurotransmisores opioides producidos en el Sistema Nervios Central como moduladores del dolor, reproducción, temperatura corporal, hambre y funciones reproductivas), se producen de forma natural dentro del cerebro humano. La mayoría de estos neurotransmisores actúan como agonistas, los cuales se fijan a los receptores opioides, estos fueron descubiertos recientemente en el Sistema Nervioso Central (SNC); y el impacto que tienen las endorfinas ante la presencia de los alcaloides del opio es que se produce un nivel muy elevado de efectos analgésicos y anti estresante.
Muchas de estas sustancias pueden causar problemas en el funcionamiento del organismo; ya sea para normalizar una función y acelerar, inhibir o retrasar una respuesta. Son dos y a estas se les conoce como (2):
·         Droga estimulante: Esta acelera la actividad neurológica en forma momentánea, exagerando la naturaleza de los estímulos. Pasado su efecto provoca depresión neurológica.
·         Droga depresora: Disminuye la actividad mental. Provoca nerviosismo pasado su efecto.
En cuanto al nivel físico, el opio y sus derivados provocan contracción de las pupilas, estreñimiento, disminución en la temperatura corporal. Pero si el consumo de estas drogas es inmoderado puede ocasionar una serie de consecuencias suma importancia como lo son: mala asimilación de los alimento, trastornos digestivos e insuficiencia hepática; y en casos extremos se puede llegar a dar problemas como: congestión pulmonar, asma o angina de pecho.  
A pesar de la gran importancia que tienen algunas drogas derivadas del opio, se debe tener sumamente cuidado, ya que estas representan unas de las drogas más adictivas que existen, las cuales pueden llevar a la persona a un nivel de codependencia total. Ante una situación de estas, las personas empiezan a mostrar el síndrome de abstinencia; este se puede presentar con el consumo de 15 a 30 mg diarios administrados en un período de dos o tres meses, los síntomas que presentan las personas con este mal son: ansiedad, inquietud, irritabilidad, lagrimeo, dolores articulares, insomnio, dilatación de pupilas, transpiración excesiva, calambres musculares, escalofríos, diarrea, entre otros. Aunque estas drogas producen todos estos síntomas, una investigación de la Fundación de Alcoholismo y Drogadicción de Toronto en Canadá descubrió que el síndrome de abstinencias provocado por los opiáceos es mucho menos peligroso que el síndrome de abstinencia generado por el alcohol y los barbitúricos (drogas que actúan como sedantes del SNC y, producen varios efectos, desde la sedación suave hasta anestesia) (3).
El opio y sus derivados como la morfina y la heroína, lo que causan es que bloquean la recepción de señales, disminuyendo así la capacidad intelectual, el apetito y la sexualidad; estas llegan a producir anestesia y sueño profundo, que en un caso de una sobre dosis, le puede provocar la muerte a una persona por paro respiratorio.  
El consumo diario de estas drogas puede llegar a provocar un desgaste mental irreversible, este comienza con la destrucción de neuronas (estas están conectadas entre sí y los impulsos nerviosos viajan a través de ellas llevando la información), razón por la cual si una célula se daña, se interrumpe todo el ciclo de transmisión, esto es lo que sucede con estas substancias las cuales van destruyendo poco a poco las neuronas; y se dice que este daño es irreversible, ya que toda persona nace con un número determinado de neuronas las cuales no se reproducen ni se regeneran, esto quiere decir que si una de estas muere o atrofia, no será reemplazada por otra y así se comienza a hacer el daño.

Bibliografía:

(1) Juan Miguel Zunzunegui. 2009. Las drogas y el sistema nervioso.. En línea Fecha de   consulta: 20/noviembre/2010. Disponible en: cavernadezunzu.tripod.com/id73.html
(3)  Opiates facts: opium, codeine, morphine, heroin, Alcoholism and Drug Addiction Research  Foundation, Toronto, Canada, 1991.
(2) Goodman, Alfred et all: Goodman y Gilman. Las bases farmacológicas de la terapéutica, 8va. edición, Panamericana, Argentina, 1991.

1 comentario:

  1. Dios mio! K horror!. Y no me refiero a los opiáceos sino a toda esta pésima e inverosímil "información"....

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